3 Pasos rápidos para conocer tu tipo de piel y cómo cuidarla
Por: Dr. Ramón Alberto Suárez, Médico y Cirujano, Pontificia Universidad Javeriana
¿Sabías que cada tipo de piel reacciona muy diferente a todos los productos comerciales que encuentras en el mercado cosmético?
Por esa razón, es muy importante que conozcas muy bien cuál es tu tipo de piel para que puedas escoger mejor el tipo de producto que tu piel necesita y la puedas mantener siempre sana.
Tu tipo de piel está dada por la genética, sin embargo, sus características también se ven afectadas por factores externos como:
- Alimentación
- Hábitos y estilo de vida
- Uso de productos cosméticos
- Medio ambiente
PASO 1: Identifica tu tipo de Piel
Piel Normal
La piel normal o “eudérmica” es aquella que no es ni muy seca ni muy grasosa. Se caracteriza por una producción de sebo (grasa) equilibrada, un pH balanceado y una muy buena circulación sanguínea.
Piel Grasa
La piel grasa se caracteriza por una apariencia oleosa, tiene tendencia a la aparición de brotes, granos y espinillas, y se debe a una producción aumentada de sebo (grasa cutánea).
Piel Seca
La piel seca se caracteriza por presentar una textura rugosa y escamosa, frecuentemente se siente tirante y se irrita muy a menudo.
Piel Mixta o Combinada
La piel mixta es una combinación de piel seca y piel grasa. Normalmente en la piel mixta, la “zona T” es grasosa y el área de las mejillas es seca.
Piel Sensible
Si tu piel se pone roja con la comida picante y reacciona desfavorablemente muy fácil al uso de nuevos productos, tu piel puede ser de tipo sensible.
PASO 2: Haz la Prueba
Toma una hoja de papel secante y dale golpecitos suaves en la cara. Sostenla contra una luz brillante. Si ves poco o nada de aceite en el papel a contraluz, es probable que tengas la piel seca. Si la hoja recoge algo de aceite de la zona T, tienes piel mixta o normal. Si recoge aceite de todas las partes de tu cara, es probable que tengas la piel grasa.
Piel Normal
- Textura suave
- Poros finos
- No tiene sensibilidad
- No tiene imperfecciones
- No tiene brote o son muy escasos
Piel Grasa
- Apariencia grasosa
- Poros muy grandes y/o abiertos
- Tendencia a los brotes y aparición de granos
Piel Seca
- Piel escamosa y tirante
- Textura desigual
- Picor o rasquiña
- La piel se siente tirante
Piel Mixta
- Zona T grasosa y seca en las mejillas
- Brotes y granos usualmente en frente, mentón y nariz
- Mejillas sensibles
Piel Sensible
- La piel se siente con rasquiña y rígida (tirante)
- Algunas partes de la piel del cuerpo tiene textura irregular (no es uniforme)
- Se pone grasosa en el verano y en clima cálido
- Se pone muy seca en el invierno y en clima frío
- Reacciona muy fácilmente a los productos de cuidado para la piel
- Se siente con picor o rasquiña con el uso de prendas ajustadas
- Se pone roja o se inflama muy fácilmente con la comida picante
PASO 3: Establece rutinas saludables de cuidado de acuerdo a tu tipo de piel
Piel Normal
- Manténte hidratada: tomar suficiente agua todos los días evitará que tu piel se vuelva seca y comience a escamarse, además ayuda a controlar la producción de sebo.
- Aplica protección solar: la aplicación de pantallas o protectores solares es muy recomendada para todo tipo de piel, la exposición directa a la luz solar puede hacer que la piel se torne seca, causa arrugas y parches negros y manchas. Utiliza un bloqueador solar libre de aceite para evitar que los poros se cierren.
- Hidrata y humecta la piel: los hidratantes son un requisito para todos los tipos de piel y se deben utilizar todos los días. Estos mantienen la piel húmeda, favorecen la retención de agua y controlan la producción de sebo.
Piel Grasa
- Mantente hidratada: toma suficiente agua todos los días para mantener la humectación natural de la piel y prevenir la sobreproducción de sebo.
- Huméctala regularmente: humectr tu piel regularmente ayuadrá a controlar la producción de sebo
- Lava tu cara 2 veces al día: lava muy bien la piel de tu rostro dos veces al día para eliminar suciedad e impurezas y remover bacterias que pueden hacer que los poros se cierren. Pero no la laves en exceso! Esto puede ocasionar también la eliminación de sustancias grasas que son necesarias para la piel. Esto te podrá ocasionar que la piel se vuelva muy sensible.
Piel Seca
- Humecta tu piel regularmente para mantenerla suave e hidratada
- No gastes demasiado tiempo bajo la ducha, y evita bañarte con agua muy caliente
- Proporciona suaves golpes a la piel mientras te secas, esto favorece una mejor circulación sanguínea
- Toma mucha pero mucha agua
- Utiliza un humidificador para retener la humectación natural de la piel
- Utiliza un buen protector solar para evitar la deshidratación, todos los días, aunque no estés expuesta a la luz directa del sol o si estás la mayor parte del día en la casa u oficina, debes usarlo todos los días. Si estás expuesta a la luz solar, debes aplicar el protector al menos cada 4 horas.
Piel Mixta
- Utiliza limpiadores faciales adecuados: si tienes piel mixta, los poros de tu “zona T” son más grandes que los del resto de tu piel. Los productos “duros” o con jabones y detergentes pueden “atascar” y cerrar los poros. Debes utilizar un buen limpiador facial todos los días.
- Exfolia la piel y de vez en cuando: exfoliar la piel a diario con productos para tal fin NO se recomienda para ningún tipo de piel. Hacer esto remueve los aceites necesarios para el buen funcionamiento normal y fisiológico de tu piel. Cuando lo hagas, evitar restregar demasiado tu “zona T”, ya que la puedes afectar.
- Aplica protector solar: la protección solar es recomendada para todo tipo de piel. Selecciona un protector que no contenga aceite, que su consistencia no sea grasosa.
- Manten 2 rutinas de cuidado facial por separado: los productos que utilizas para cuidar tu piel seca pueden ser muy dañinos para tu piel grasa. Consigue una rutina aparte para el régimen de cuidado facial de tu “zona T”. Evita utilizar los mismos productos para esta zona que los que usas para el resto de la cara.
- Usa solo productos libres de grasa: ya sea el maquillaje o cualquier cosmético, asegúrate que no sea grasoso, esto lo podrás comprobar de manera muy sencilla observando y tocando el producto para determinar su apariencia.
Piel Sensible
- La piel sensible se puede confundir con algunos tipos de reacciones alérgicas. Consultar con un especialista médico en salud de la piel puede ser de utilidad para descartar alguna condición médica que necesite tratamiento médico.
- Se mesurada y precavida con tu rutina de cuidado facial: utiliza limpiadores, humectantes, hidratantes y protectores suaves. Evita aplicarte muchos productos sobre el rostro y menos al mismo tiempo.
Y recuerda: PRIMERO LA SALUD DE TU PIEL, DESPUÉS EL MAQUILLAJE!
Por:
Dr. Ramón Alberto Suárez
Médico y Cirujano, Pontificia Universidad Javeriana